En febrero se aprobaba el Real Decreto 56/2016 sobre eficiencia energética por el que se fijan las obligaciones de las empresas en lo referente a auditorías energéticas, así como los requisitos que deben cumplir los profesionales cualificados para implementarlas. Tan importante es conocer el marco legislativo como recuperar los conocimientos teóricos para describir en profundidad este estudio técnico. Para ello, recurrimos a un manual de referencia publicado por la Asociación Técnica Española de Climatización y Refrigeración (Atecyr) “Auditorías Energéticas en la Edificación”.

Definición

Según la norma UNE 216501:2009, la auditoría energética es un proceso sistemático, independiente y documentado para la obtención de evidencias y su evaluación objetiva en una organización o parte de ella con objeto de:

  • Obtener un conocimiento fiable del consumo energético y su coste asociado.
  • Identificar y caracterizar los factores que afectan al consumo de energía.
  • Detectar y evaluar las distintas oportunidades de ahorro, mejora de la eficiencia y diversificación de la energía.

 

Objetivos

Una auditoría energética debe perseguir los siguientes objetivos:

  • Inventariar los principales equipos e instalaciones existentes.
  • Conocer la situación energética actual, así como el funcionamiento y eficiencia de los equipos e instalaciones.
  • Realizar mediciones y registros de los principales parámetros eléctricos, térmicos y de confort.
  • Analizar las posibilidades de optimización del suministro de combustibles, energía eléctrica y consumo de agua
  • Analizar la posibilidad de instalar energías renovables.
  • Proponer mejoras.
  • Realizar su evaluación técnica y económica.

 

Errores más frecuentes

Resulta interesante que un auditor energético cualificado conozca los errores más comunes en la experiencia de implementar una auditoría energética para que sea capaz de detectarlos y evitarlos. Repasamos algunos ejemplos de mala praxis:

  • Intereses parciales en las conclusiones hacia un producto o servicio determinado independientemente de la necesidad del cliente. El Auditor debe ser independiente.
  • Falta de registros históricos que permitan hacer proyecciones a futuro. La información previa es fundamental.
  • Enfoque estrecho centrado en partes de los sistemas. Falta de visión global.
  • Hipótesis sin base científica. Se deben basar en fuentes sólidas, reales y contrastadas.
  • Falta de experiencia del Auditor en el sector específico del cliente. Especialmente frecuente en Auditorías Industriales.
  • Errores no detectados en la recolección o análisis de los datos. La toma de datos requiere personal experto y especializado.
  • Dispositivos de medida escasos, no calibrados, imprecisos o ubicados incorrectamente.
  • La Auditoría no se enfoca en las necesidades específicas de la empresa. Demasiadas generalidades.
  • Escasa aportación de tecnologías novedosas.
  • La Auditoría no ha considerado transitorios, picos de consumo así como fiabilidad y calidad de suministro.
  • Falta de enfoque hacia la implementación de las medidas.
  • Poco valor para el dinero invertido.